La muerte del niño avilesino en diciembre enero de 2005 con aprobación judicial cuyo único delito fue ser hijo de una deficiente, nos pone en marcha para que no haya más asesinatos.
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Ayuda a salir a otras mujeres del ?mercado? del sexo
ROMA, jueves, 23 septiembre 2004 - Una ex prostituta, Linda Watson, que se ha convertido, se encontr? hace dos semanas personalmente con Juan Pablo II para pedirle que rece por ella y por su trabajo a favor de otras mujeres que quieren abandonar el ?comercio? sexual.
Cuando Linda Watson se encontr? con el Santo Padre se acord? del relato del Evangelio sobre la mujer de mala reputaci?n que encontr? a Cristo. ?No pod?a creer que estuviera realmente frente a ?l?, reconoci? Watson a Zenit tras la audiencia con el Papa.
?Ha sido verdaderamente extraordinario?, declar?. ?Empec? a decir en polaco, mi segunda lengua, ??Padre Santo m?o!?. ?La experiencia ha sido entusiasmante, pero a la vez de gran humildad!?
Linda Watson pudo dejar las calles --tras m?s de 20 a?os en el comercio sexual-- para convertirse y, con ayuda de su arzobispo, levantar casas para prostitutas deseosas de salir de ese tipo de vida.
Se cuenta entre las principales promotoras de la campa?a contra la legalizaci?n de la prostituci?n en su pa?s, Australia, y fue elegida en 2003 en la naci?n como ?la mujer m?s inspiradora del a?o?.
La propia Watson relata su implicaci?n en las redes de la prostituci?n: ?Tuve una vida dif?cil como madre soltera con tres hijos, cada uno de los cuales no ten?a m?s que el suelo para dormir. As? que, cuando una mujer de apariencia pudiente me toc? en el hombro en el sal?n de t? de mi humilde oficina y me dijo que pod?a ganar 2.000 d?lares a la semana simplemente dando masajes, me vi muy tentada?.
La mujer en cuesti?n intentaba convencerla haci?ndole ver la posibilidad de limitarse a una prueba de dos meses. ?Nadie lo sabr?a y despu?s podr?a dejarlo?, le asegur?.
En poco tiempo Watson se dio cuenta de la verdad, pero ya era demasiado tarde: ?Tan pronto como empiezas, pierdes tu dignidad. Est?s vendida? --record?--. ?Mi primer cliente era directivo de alto nivel de los medios e inmediatamente fue como si hubiera sido vendida como un trozo de carne a todos sus millonarios?.
Tambi?n describi? c?mo la situaci?n lleg? a estar ?fuera de control?. El dinero y la manipulaci?n ?eran un tipo de red de seguridad que te pones alrededor? y si ?intentas dejarlo para empezar una nueva vida no tienes d?nde ir para recuperar el respeto y reconstruir una vida?.
Abandonar el comercio del sexo parec?a imposible hasta que ?invit? a Dios en su coraz?n por pura desesperaci?n?. Fue el d?a en que muri? la princesa Diana de Gales. ?Por primera vez me di cuenta verdaderamente de que la riqueza y el poder no eran la respuesta a todo --relata--. Ciertamente no le hab?an salvado la vida?.
Linda decidi? buscar trabajo, pero nadie la contrataba. Entonces sinti? que Dios le hab?a dado la misi?n de salvar a otras mujeres atrapadas en la prostituci?n, pero una vez m?s nadie se mostr? dispuesto a ayudarla.
?No s? cu?ntos cientos de iglesias me rechazaron, hasta que llegu? a la puerta de la oficina del arzobispo cat?lico --reconoce--. ?l percibi? mi visi?n de futuro?.
Para monse?or Barry Hickey, arzobispo de Perth (Australia), aquel d?a obtuvo una respuesta a sus oraciones. El prelado relat? a Zenit que antes de encontrar a Linda Watson no lograba hallar el modo de desbaratar la industria del comercio sexual.
?Sab?a que enviar a un asistente social normal en el terreno no llevar?a casi a nada --admite--. Necesitaba a alguien que conociera la actividad desde dentro. Y ella fue mi ?ngel de la esperanza?.
As? comenz? el ministerio de este equipo: establecer casas de recuperaci?n para prostitutas --?Linda?s Houses of Hope? (Las casas de la esperanza de Linda)-- para proporcionar refugio, asesoramiento y protecci?n, entre otros medios. Seg?n el arzobispo Hickey, Linda Watson frecuentemente tiene que trabajar con las v?ctimas partiendo de cero.
?Algunas de las j?venes vienen a mi puerta sin sus prendas, hasta sin dientes ?revela Linda--. Algunos hombres les hacen saltar los dientes a golpes, as? que debemos ocuparnos de atender todos estos aspectos?.
A la vista de la difusi?n de la violencia y de las drogas y con chicas que ?atienden? ?de ocho a quince clientes al d?a?, Watson se irrita al o?r a pol?ticos que tratan de sacar adelante proyectos de ley para legalizar la prostituci?n.
?La prostituci?n te destruye --alerta--. No te estimas y te parece que nadie podr?a amarte jam?s?. Admite que preguntar?a a los pol?ticos: ??Les gustar?a que esto le ocurriera a sus hijas o hermanas??.
?Estoy profundamente impactada, y cre?a que nada podr?a afectarme?, reconoce Linda refiri?ndose a las v?ctimas. ?Est?n tan destruidas que est?n como muertas, a modo de ?muertos vivientes?. Si la gente viera esto nunca querr?a la legalizaci?n [de la prostituci?n]?.
En su labor, Watson se ha inspirado en la Madre Teresa de Calcuta --a cuya beatificaci?n acudi?-- y en Juan Pablo II. ?S? que tenemos un pasado muy distinto --dice entre risas--, pero tambi?n s? que nosotros amamos amar?.
Su vida actual no est? exenta de peligros. Su ?xito en derribar las propuestas de ley de legalizaci?n y en exponer los abusos contra las mujeres le han ganado muchos enemigos. Con todo, Watson lo considera como una peque?a cruz que hay que ofrecer a lo largo del camino, lo que se podr?a definir como un martirio moderno.
?Estoy casi acostumbrada a recibir ataques, disparos y amenazas de muerte?, apunta Linda Watson. ?Camino con Dios e intento esquivar las balas?, concluye. zS04092320