La muerte del niño avilesino en diciembre enero de 2005 con aprobación judicial cuyo único delito fue ser hijo de una deficiente, nos pone en marcha para que no haya más asesinatos.
Defendemos también una mayor formación
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RECORDEMOS la c?lebre frase de Jean-Fran?ois Revel: ?La tentaci?n totalitaria, bajo la m?scara del demonio del Bien, es una constante del esp?ritu humano?. Todas las ideolog?as totalitarias que en el mundo han sido aspiran a crear, bajo esa m?scara de bondad, un ?hombre nuevo? que se amolde a sus postulados. El ser humano, cada ser humano, posee unos rasgos, querencias y convicciones de ?ndole moral que dificultan la consecuci?n de ese modelo; las ideolog?as totalitarias, lejos de admitir la pluralidad de sensibilidades que componen la sociedad, tratan de modificarlas mediante la ?reeducaci?n?, hasta convertirlas en engranajes del sistema. Si algo herman? al nazismo y al comunismo fue precisamente este prop?sito de fabricar un ?hombre nuevo?, en el que el valor intr?nseco de la persona era negado en pro de la comunidad. Esta labor de ?reeducaci?n? social se present?, parad?jicamente, como una empresa filantr?pica. Y esa ?m?scara del demonio del Bien? fue a la postre la que ampar? el derecho de desterrar a los arrabales de la sociedad a categor?as enteras de hombres, incluso el derecho a aniquilarlos sin dubitaci?n.
Este sue?o de construir la sociedad perfecta e imponerla a los dem?s sigue infectando los reg?menes democr?ticos, bajo estrategias mucho m?s amables y sibilinas. Un ejemplo palmario de ingenier?a social lo representa esa asignatura llamada c?nicamente Educaci?n para la Ciudadan?a, cuyo objetivo no es otro que imponer un nuevo sistema de valores, present?ndolo como un imperativo moral e imprescindible para la existencia de una sociedad cohesionada. Para ello, se impone una ?nueva ?tica? basada en los ?nuevos paradigmas?: el nuevo paradigma de familia, el nuevo paradigma de derechos humanos, el nuevo paradigma de g?nero, etc?tera. A nadie se le escapa que el adoctrinamiento de las mentes infantiles produce a medio plazo unos op?paros r?ditos electorales; a nadie se le escapa que todo r?gimen pol?tico que anhela perpetuarse dedica especiales esfuerzos a las tareas de proselitismo y propaganda entre los m?s j?venes, pues con ello se asegura un granero de votos. A trav?s de esta asignatura llamada c?nicamente Educaci?n para la Ciudadan?a, nuestros hijos ser?n atiborrados de un pienso ideol?gico que naturalmente no se limitar? a incluir unas normas de convivencia c?vica, sino que sobre todo se preocupar? de imponer una ?moral p?blica? que tuerza y pisotee la moral que los padres, leg?timamente, les intentamos transmitir. Y as?, por ejemplo, se entonar?n las loas del ?derecho a elegir libremente la opci?n sexual?, y se les explicar?n los muy ben?ficos logros que deparar? la experimentaci?n con embriones, todo ello aderezado con apelaciones a la ?recuperaci?n de la memoria hist?rica? y dem?s mitolog?as del Nuevo R?gimen. La formaci?n de nuevas generaciones de esclavos est? asegurada.
Ante tal atropello, los ciudadanos libres -si es que todav?a resta alguno -deben actuar en?rgicamente. Recordemos las palabras de Henry David Thoreau en su op?sculo Desobediencia civil (1849): ?Existen leyes injustas. ?Debemos conformarnos con obedecerlas? ?Nos esforzaremos en enmendarlas, acat?ndolas hasta que hayamos triunfado? ?O debemos transgredirlas de inmediato? Si la injusticia requiere de tu colaboraci?n, convirti?ndote en agente de injusticia para otros, infringe la ley. Que tu vida sirva de freno para detener la m?quina. Lo que debes hacer es tratar por todos los medios de no prestarte a fomentar el mal que condenas?. Una ley es injusta cuando conculca derechos ciudadanos y trata de confiscar ese ?mbito de libertad personal que corresponde en exclusiva al individuo y que el Estado no puede invadir. Esta asignatura llamada c?nicamente Educaci?n para la Ciudadan?a nos amenaza con una flagrante invasi?n de ese ?mbito inviolable, ejercida adem?s contra los m?s d?biles e indefensos, que son nuestros hijos. La desobediencia civil ser?, llegado el momento, un recurso leg?timo.