Jueves, 18 de enero de 2007



En agosto nacer? el primer beb? procedente de un ?vulo de escasa viabilidad que fue donado e implantado a una madre adoptiva

Diana C?rdenas



Madrid- Ocho embriones espa?oles de dudosa viabilidad han sido implantados a mujeres italianas. Despu?s de a?os congelados a m?s de doscientos grados bajo cero y abandonados por sus padres biol?gicos, han podido experimentar el calor materno. No se trata de parejas con problemas de fertilidad, ya tienen hijos, pero desean dar unos padres a los miles de embriones humanos olvidados por sus progenitores y evitar que se destruyan o se experimente con ellos.
La Comunidad Papa Juan XXIII -creada por el sacerdote italiano Oreste Benzi-, a trav?s del proyecto Maternidad Dif?cil, ha logrado que se realicen 8 implantaciones para evitar que los embriones fueran destruidos. Siete de ellos no lograron arraigarse en el ?tero, pero el octavo ha superado ya el primer mes de gestaci?n. La madre hab?a acogido a otros dos embriones anteriormente, pero ninguno sobrevivi?. Todos ellos provienen de una cl?nica de Barcelona que los ha donado a las parejas italianas al haberse desentendido los padres biol?gicos.
La ley en Italia no regula a?n la donaci?n de embriones para su implantaci?n a padres distintos de los biol?gicos, por lo que la Comunidad Papa Juan XXIII y las 20 familias que estaban decididas a ofrecer esta oportunidad de vida, decidieron comenzar su labor en Espa?a. La finalidad es impedir que estos embriones sean destruidos y mueran. ?Son vidas humanas?, afirman con contundencia.

Enrico Masini, responsable del proyecto Maternidad Dif?cil, explica a LA RAZ?N que ?no son parejas con problemas de fertilidad; en la mayor?a de los casos ya tienen hijos?. Deja claro que este gesto no supone apoyar las t?cnicas de reproducci?n asistida, que ?convierten al hombre en un procducto?, sino que intentan que no se destruyan ?los peque?os hombres injustamente producidos en laboratorio, congelados y abandonados por sus progenitores biol?gicos?. Masini aclara que prefieren ?los embriones que, bien por la edad de los padres bien por el tiempo que llevan congelados, se consideran no implantables o con riesgo de enfermedad, ya que es a ?stos los que urge salvar, mientras que los que se encuentren en mejores condiciones tienen la posibilidad de ser acogidos por parejas que deseen tener hijos?. Sin embargo, en Espa?a s?lo un 4 por ciento de los miles de embriones que ?sobran? tras la fecundaci?n in vitro son adoptados por otras parejas.

La idea de buscar una familia para estos beb?s probeta surge en 1996. Masini y su esposa, a pesar de tener cuatro hijos biol?gicos, decidieron que quer?an adoptar un embri?n humano al conocer que Inglaterra iba a destruir de forma masiva todos los que se encontraban almacenados en sus cl?nicas.

Al mismo tiempo, Oreste Benzi y la Comunidad Juan XXIII ten?an la misma preocupaci?n, por lo que Masini y Benzi crean, dentro de la asociaci?n, Maternidad Dif?cil con la convicci?n de que los embriones ?son seres humanos, aun cuando tengan una minusval?a, y se convierten en las personas m?s marginadas de la sociedad?, dice Enrico Masini, y precisamente el objeto de la Comunidad es atender a los marginados de cualquier tipo.

Maternidad dif?cil

La escasa viabilidad de los primeros siete embriones implantados hizo que no llegaran a nacer, sin embargo ?han podido experimentar el calor materno y el amor s?lo unas pocas horas antes de partir a los brazos del Creador?. Adem?s, Masini resalta que hicieron este viaje ?con un nombre propio, dado por estos padres que lo han regenerado en el amor permiti?ndole vivir sus ?ltimas horas en una familia?.
La legislaci?n espa?ola permite donar los embriones en dos casos: cuando los padres biol?gicos expresamente hayan dado su consentimiento a la cl?nica o cuando haya transcurrido un a?o sin que los progenitores hayan decidido qu? hacer con los embriones congelados que sobraron despu?s de realizar una fecundaci?n in vitro. En ese caso, decidir? la cl?nica.

Un estudio realizado por el instituto Marqu?s de Barcelona revela que s?lo el 8,2% de los padres deseaban donar. El 21% optaba por mantener los embriones congelados a la espera de tener un nuevo hijo, el 6,1% decidi? destinarlos a la investigaci?n y un 2,6% eligi? directamente la destrucci?n. La mayor?a de las parejas, un 61,7%, no fue capaz de tomar una decisi?n que genera conflictos emocionales con frecuencia. Los motivos son muchos y variados: el temor a que un d?a sus hijos encuentren un hermano, el desacuerdo en la pareja o el temor a arrepentirse. El resultado: miles de embriones abandonados, y su ?nica posibilidad de vivir es ser adoptados.

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ImagenAdopci?n espiritual

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