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Hemos visto muchas fotos de Caroline, y pr?cticamente en todas sonre?a como en la presente. |
Vivimos en una ?poca en que la vida humana vale bien poco y donde el ego?smo es la principal ley. De forma que es normal que la gente aborte un hijo porque el parto le va a fastidiar el mes de vacaciones, o que no se tengan hijos los pr?ximos diez a?os porque se est? pagando una segunda casa en la costa. Por eso es m?s chocante la historia de Caroline, una mujer a la que le diagnostican un c?ncer en el quinto mes de embarazo y prefiere renunciar al tratamiento para evitar hacer da?o a su hijo, muriendo como consecuencia de su decisi?n. Dar la vida por un hijo, dar la vida por amor a los otros tendr?a que ser la norma, pero hoy dar la vida por amor no s?lo no es corriente sino una excepci?n. Eso es lo terrible, que lo normal es quitar la vida a otro por ego?smo.
Seg?n nos cuenta ACI, Caroline Aigle hubiera cumplido 33 a?os de edad el ?ltimo 12 de septiembre. Y no era en Francia una mujer an?nima. Fue la primera mujer piloto de caza de la Armada Francesa y futura astronauta. Muri? el 21 de agosto v?ctima de un c?ncer fulminante. Su pa?s a?n la llora y no deja de conmoverse por su valiente sacrificio: estaba embarazada de cinco meses cuando supo que padec?a la enfermedad terminal y opt? por postergar su tratamiento para que su hijo pudiera nacer.
Hace apenas dos meses, a mediados de julio pasado, Caroline recibi? la noticia de su c?ncer. Para que tuviera alguna posibilidad de vivir tendr?a que recibir un tratamiento muy agresivo y en consecuencia, y en primer lugar, deber?a abortar a su hijo. Pero, Caroline hab?a nacido para luchar no para rendirse. Caroline pens? que lo primero era su hijo.
Caroline estaba casada con el tambi?n piloto Christophe Deketelaere. Con ?l tenia ya un hijo. Y juntos tomaron la decisi?n de darle una oportunidad a su nuevo hijo. Se llam? Gabriel porque anunciaba la vida y no la muerte. naci? muy peque?ito con solo cinco meses y medio. Todav?a no es seguro que viva; todav?a lucha por la vida, pero tiene una oportunidad, y dada la estirpe de luchadores de la que viene es seguro que aprovechar? su oportunidad.
Christopher cuenta c?mo Caroline le dijo que ?No pod?a detener la vida de un ser que hab?a llevado consigo por cinco meses(?) ?l tiene el derecho de tener posibilidades como yo??.
Christopher cree que ?ste fue ?su ?ltimo combate y lo gan?. Antes de morir, pudo ver a su hijo varias veces y cargarlo en sus brazos. ?Fue heroica hasta el final?, asegur?.
HISTORIA DE UNA MADRE
Caroline Aigle (que significa ??guila?) naci? en Montauban en 1974. A los 14 a?os de edad ingres? en la escuela militar de Saint-Cyr. En mayo de 1999, con 25 a?os, se convirti? en piloto de caza y estuvo a cargo de un Mirage 2000-5 del Escuadr?n de Caza Cote d'Or en Dijon. En 2005 se convirti? en comandante de escuadrilla y desde 2006 desempe?aba funciones de seguridad en vuelo en el centro de mando de Metz.
Su libro de vuelo se cierra con casi 1.600 horas, una parte de las cuales las dedic? a la aviaci?n deportiva. La ?ltima vez que particip? en una demostraci?n deportiva fue el pasado 12 de mayo en el aer?dromo de Muret-Lherm, al sur de Toulouse, con motivo del festival Air Expo del que fue directora honor?fica. All? realiz? una breve exhibici?n a los mandos de un Cap. Muchos aficionados la vieron pasear con sus dos hijos entre el p?blico Un hijo lo llevaba de la mano el otro dentro de ella.
Su funeral fue presidido por el sacerdote Pierre Demoures, un ex piloto de combate. En su homil?a, el Padre Demoures record? a Caroline como una persona que condujo a la gente a Cristo con sus ?sus cualidades, amabilidad, disponibilidad, pasi?n? y por sus ?opciones? al considerar ?a su hijo como una vida que exced?a la simple visi?n humana de la vida? y por la cual ?retras? un tratamiento que era urgente?.
El sacerdote record? que cuando Carolina y Christopher lo buscaron para preparar su matrimonio, le pidieron un texto que no hablara del amor del uno por el otro ?sino que tratara del amor que nos abre y lleva a amar a los dem?s?.
?La gran lecci?n que nos dio Carolina es la urgencia de amar. No una urgencia de temer, sino la urgencia vital de saber que s?lo el amor trae vida. El hombre est? hecho para la vida. Esta urgencia puede hacer que el amor sea m?s fuerte y dar vida a un tesoro en medio de los eventos m?s tr?gicos?.
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