Lo
advierte la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos
Católicos en un documento publicado en el 40 aniversario de la Humanae Vitae
Los
anticonceptivos hormonales (píldora, parche y anillo vaginal), que en
la mayoría de los casos se suministran sin prescripción médica, pueden
afectar a la feminidad: provocan cambios en el metabolismo y
disfunciones psíquicas y sexuales, además de otros efectos secundarios.
Lo advierte la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos
Católicos (FIAMC), en un extenso documento que ha publicado este mes de
noviembre con motivo del 40 aniversario de la encíclica de Pablo VI Humanae Vitae.
Entre los efectos psíquicos que puede provocar píldora, el documento destaca “desde una disposición depresiva hasta depresiones reales, justificables por la falta de vitamina B6 y los cambios en el metabolismo asociados”, además de cambios profundos de la personalidad e incluso una tendencia al suicidio cuatro veces mayor de lo normal.
La píldora puede provocar también disfunciones sexuales. Según el documento de los médicos católicos, “una gran parte de las mujeres padece una disminución de la libido hasta
su pérdida total, justificable por un lado por el efecto de las
hormonas, y por el otro, por la separación prácticamente perfecta de
sexualidad y procreación causada por la píldora”.
Las
disminuciones de la libido bajo la píldora están causadas por el
aumento de la hormona SHCB –globulina transportadora de las hormonas
sexuales-, cuyos efectos permanecen a menudo aún tras dejar la píldora,
de manera que la disminución o pérdida de la libido en algunos casos
duraría toda la vida.
Las hormonas contra el embarazo afectan también al sentido del olfato, que se restablece de nuevo tras dejar de tomarlas, de manera que el olor de la pareja podría pasar a ser molesto de repente,
según advierte el estudio, que apunta esta factor como una posible
causa, entre otras, del elevado aumento de los divorcios de los últimos
30 años.
Efectos en el hijo: masculinización fetal
La Federación advierte también de la posibilidad de malformaciones en niños durante y después de que sus madres tomaran la píldora anticonceptiva. El documento recoge el resultado de estudios que recogen disfunciones del cromosoma (triploidía y monosomía X) y poliploidías en
niños cuyas madres se quedaron embarazadas mientras tomaban la píldora
o en los 6 meses siguientes a dejarla. Algunos de esos niños
presentaban una “impronta del otro sexo y anomalías en extremidades, corazón, esófago, tráquea y riñones”.
El
estudio cita el siguiente comentario de los editores de Obstetrical and
Gynecological Survey sobre un artículo que describe la masculinización fetal a causa de una hormona suministrada durante el embarazo:
“La progesterona natural no es teratógena para el feto; sin embargo, sí
lo son los principios activos de la progesterona derivada de la
testosterona”, contenidos actualmente en algunos preparados de la
píldora.
Para
los médicos católicos, “la evidencia de cambios en el cromosoma permite
suponer, en algunos casos, consecuencias desoladores para las próximas
generaciones”.
Efectos en la madre: Mayor riesgo de infecciones y cáncer
Por
otra parte, la Federación expone detalladamente otros efectos
secundarios de la píldora, quizás ya más conocidos, como el mayor
riesgo de infecciones, en particular infecciones por clamidias, y su efecto cancerígeno, por el que la OMS clasificó la píldora en el año 2005 como carcinógeno en relación con los carcinomas cervical (las hormonas favorecen el Virus del Papiloma Humano), de mama y de hígado.
El documento, titulado 40 años de encíclica Humanae Vitae desde la perspectiva de la ética médica,
analiza también otras amenazas a la vida no nacida y consecuencias de
la contracepción artificial y de su extensión en muchos ambientes,
incluso católicos, y las causas y consecuencias del ‘no’ a la
fertilidad y de la mentalidad contraceptiva desde el punto de vista de
la sociedad en su conjunto.
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